La quinta

Fecha 5 (por El asesor Pirincho)

El mensaje de los jeques era claro: cubrir el match entre Arabia y Brasil en el primer turno, o enfrentar la fatwa. Entre manojos de hinchas que llegaban remoloneando a las canchas alternando pronósticos, la sana nostalgia de los grandulones cambiando figuritas y el debate furibundo sobre si Ansaldi es o no el nuevo Garcé, este cronista no tuvo más remedio que emprender una vez más el trayecto hacia una cancha 1 que lucía como en sus mejores vísperas. Tras cumplir con éxito el primer objetivo (no lesionarse en la escalinata de la capilla), percibió que el clima fresco pero seco ofrecía las condiciones necesarias para el correcto desarrollo del balompié.

Entre bajas por lesión, viajes y –según las malas lenguas– flojeras invernales, tanto Brasil como Arabia se presentaban maltrechos. Esperando al capitán Bassi que no aparecía, los brasileños comenzaron con cuatro jugadores pero rápidamente completaron la alineación y desplegaron a Galimberti en la valla, a Ledo haciendo ida y vuelta, el Suizo en la distribución y Algorta-Pombo en sacrificada tarea de corte sin confección. Con varios players recorriendo el mundo gracias al salario exorbitante de los jeques, los árabes optaron por su parte por comenzar la rotación y preservaron a Pancho “Larrondo” Amieiro, entre algodones tras una dañina seguidilla de cotejos; salieron entonces a jugar sin suplentes con su capitán en la meta, Lascano y Cacho Grassi en la zaga, Van der Heyden al medio y Lanari de punta.

Durante el primer cuarto del match los brasileños maniataron al rival y dominaron las acciones. La receta era rotar, presionar en toda la cancha y probar suerte con potentes disparos de media distancia. Pero la receta duró hasta que The Flying Dutchman puso quinta y dejó a todo el mundo pagando en un sprint electrizante que le sirvió el primer gol a Lanari, que luego a los pocos minutos marcó el segundo tras robarle el balón al guardameta en una salida. Los brasileños no se amilanaron y mantuvieron la paridad del trámite descontando antes del final del primer tiempo.

Sin embargo, en el segundo tiempo los saudíes impusieron de a poco estado físico y volumen de juego inclinando la cancha y desenredando la madeja rival: los zagueros anticiparon y hasta se proyectaron al gol, Vander Heyden lució su jerarquía y el debutante Marco “cuatro pulmones” Lanari redondeó un partido descomunal. Inexorablemente fueron cayendo goles de todos los colores: en pared (Lanari-Vander Heyden), bombazo (Grassi), de tiro libre (Lascano) y dos memorables vaselinas del MVP saudí por sobre el guardavalla rival. El resultado fue un contundente 7-1. En un partido fluido, limpio, en el que sólo desentonaron algún conato de charla brasileña y las amarillas innecesarias del juez, los saudíes lograron redondear una buena actuación.

Pero la parrilla reservaba al cronista un amargo desenlace: las bondiolas estaban menos cocidas que la candidatura presidencial de Massa, y los sandwichitos tenían tamaño de canapé. Un testigo cuya identidad preservaremos imputaba a Lucho Botta y Weis, pero aquí optaremos por no dar crédito a semejante especie que empaña la honra de dos glorias del PFE. Mientras degustaba los bocaditos gourmet, este cronista pudo observar momentos de la caída de dos invictos: el Japón de Blanc (con bajas) versus Perú (sigue la racha goleadora al mejor estilo “Gurí” Alvez de un Valeri que jamás metió tantos goles en su vida) y de la Rusia de Tremonti versus la Suiza de Coqui “caseritos” Cattelani.

El broche de oro de la jornada fue el esperado Croacia-España. Lo primero que llamaba la atención era el disciplinado bilardismo del capitán germano Della Santa al costado de la cancha, que tras conseguir otra victoria tenía a todo su team estudiando a los croatas a los que enfrentará en la próxima jornada. No era para menos. El cuco croata justificó su fama ante un duro conjunto ibérico y comenzó ganando con un jugadón de lujo de Fran Sánchez asistiendo a su capitán (aunque, con todo respeto, resulta fuerte que un crack de semejante peso ofensivo luzca una casaca que dice “Rakitic”). Al tope de las posiciones, arrasando en las encuestas, monopolizando los primeros puestos de la tabla de goleadores, Croacia parece invencible. Pero vienen semanas difíciles: con el crepúsculo de los invictos, se acercan fechas claves en el PFE.