Crónicas de 4ta (fecha)

1))) Volvió el fútbol (Por Manchada con Tinta)

Después de mucho tiempo la pelota volvió a rodar por las canchas de esclavas. La Comisión practicó ayuno y aprovechó para rezarle unas cuantas oraciones a San Gio. Al parecer el santo decidió escucharlos. Eso sí, por la mañana le tiró un cañito a los jugadores, haciendo sospechar que todo volvía a complicarse con unas cuantas gotas pero por suerte nuestro guardián del fútbol esclavo se despertó al mediodía y puso las cosas en orden. Con el clima en condiciones los jugadores se dieron cita a las 19.30. Hubo que recurrir a viejas prácticas y secar la cancha 3 con papel de diario. Todo quedó perfecto para que nuestros queridos panzones hagan eso que hacen en el terreno de juego.

A más de uno el parate le jugó una mala pasada. Este cronista pudo registrar algunos acontecimientos:

  • Seis jugadores no le creyeron a sus capitanes y decidieron no ir a jugar. ¡A mí no me engañan! – dijo uno, esto se suspende seguro.
  • Varios jugadores habían olvidado el nombre de sus compañeros. Se escuchó mucho por las canchas: “Tocala 2… para atrás 5, dale flaco!”.
  • Volvió Galimba.
  • La casaca de Neymar sigue sin aparecer.
  • Riverito se olvidó el temperamento o las tarjetas. Por lo que pudo registrar el cronista no amonestó, ni echó a ningún jugador.
    El referí de cancha 1 quiso terminar un partido antes de comenzar. La Comisión lo frenó en seco: “Negro, está bien que termines los partidos siempre antes, pero esto es intolerable” le dijeron.
  • Se vio a Messi un tanto fuera de estado.
  • Richard no trajo sus toperolas.

A este reportero le tocó cubrir el encuentro entre Nigeria y Japón. Un partido muy bien jugado, con mucho fair play y de ida y vuelta. Los nigerianos festejaban la vuelta del maratonista Alberione y comenzaron ganando el encuentro por 2 a 0. El arquero nipón, Morasuti, se hallaba algo perdido e intentaba acomodarse al uso de unos nuevos pantalones treinta centímetros más largos que los que acostumbra usar. Poco a poco los nipones fueron encontrando juego y lograron el empate. Otra vez se pudo ver un partido ida y vuelta. Por esas casualidades los orientales avanzaron en el marcador y tomaron diferencia de dos. Sobre el final vino el descuento nigeriano, pero el esfuerzo no alcanzó para el empate. Resultado: Japón 6 – Nigeria 5.

 

2))) Fecha 4 (Por El asesor Pirincho)

En una tarde casi tan fría como el pecho de Pastore, los futbolistas del PFE recibieron aliviados dos buenas noticias: se jugaría finalmente la esperada fecha 4 y además tenía fecha libre el “cuco” croata ampliamente ratificado en las encuestas, con lo cual el resto de los equipos salió más aliviado a competir por el segundo puesto.

Los jeques encargaron a este cronista cubrir los tres cotejos de la cancha 3. Esta vez se hizo la luz y la polémica parafernalia lumínica estuvo a la altura de las circunstancias, mientras los esforzados miembros de la Comisión preparaban la parrilla, diseminaban diarios y secaban las canchas –destacándose el dj Giudice pasándole el trapo a todos: tanto que debió dedicar el resto de la noche a recuperar energías cambiando figuritas.

En el primer turno se enfrentaban Bélgica y Arabia Saudita. En el peloteo previo los capitanes se veían preocupados: el árabe, porque por culpa de los metrodelegados empezaría con cuatro players; el belga, porque le informaba su cuerpo técnico que no terminaba de abrir la tapa del sarcófago en que guardan durante la semana a la momia Pesado. Pero, acaso inspirados por la memoria de glorias como Scifo, Jan Ceulemans y Michel Preud’Homme, la cosa es que los belgas aparecieron ordenadamente a la hora señalada, con formación completa.

Los diablos rojos salieron con el capitán Basterra adelante, la estrella Pérez Romanelli distribuyendo el juego y rotando las posiciones defensivas entre el experimentado Gonzalo, JP Pesado (luciendo coleta al estilo Lorenzo Lamas) y un “Foco” Correa que no se privó de proyectarse al ataque. Por su parte, con cuatro jugadores, los saudíes decidieron administrar el balón hasta que llegase el quinto elemento. Como Bélgica tampoco demostró demasiadas intenciones de irse “a la carga Barracas”, lo consiguieron, y el empate persistía cuando llegó “Cacho” Grassi a completar la alineación –ganando, al instante, su primera tarjeta del torneo.

Al final salió un match disputado, atrapante, con muchas situaciones de gol, buenas actuaciones de los arqueros y un par de jugadas discutidas. El comienzo estuvo parejo. Bélgica abrió el marcador con un tanto de su MVP y Arabia lo empató con un furibundo tiro libre a la Roberto Carlos del flamante pater Lascano (quien luego del match declaró: “alguna vez tenía que hacer otro: vengo robando hace dos años con el gol de arco a arco en la final 2016”). Luego una gran combinación en velocidad entre Pancho Amieiro y The Flying Dutchman dio a los beduinos el segundo tanto, con lo cual finalizó la etapa.

En el segundo período, en cambio, el cansancio pareció hacer mella en los experimentados belgas (Pesado pedía apurarse porque la puerta del asilo cierra a las 21 hs.), mientras que, ya con siete jugadores, los saudíes inclinaron gradualmente la balanza por el volumen de juego y por una rotación más pareja de su plantilla: salió Amieiro (“lunes-jueves son muchos partidos para mí”) y con las entradas de Marco “el sobrino de Lanari” Lanari y Patricio “leo sólo el último chat” Schmidt mantuvieron el dominio del balón, la seguridad en la marca y la consecuente primacía en el marcador, que terminó finalmente 6-2 a su favor.

Mientras comenzaba un apasionado debate entre los árabes sobre cómo es que se anotan los cambios en la planilla, el segundo turno mostró a una Suecia cayendo sin atenuantes ante los rusos de Angelito “pedicure” Tremonti, el albo golero Montu y un infalible Maleplate. Y luego a la aplanadora germana venciendo a Brasil, por más que su capitán bajó sensiblemente la cuota goleadora –según un plateísta malintencionado, por haber estado tanto tiempo honrando la tradición cervecera germana antes del match que veía tres arcos con Luises Bassis.

Mientras el frío arreciaba y este cronista disfrutaba la última bondiola observando cómo el caradura de Blanc se quedaba arriba como si fuera Van Basten en un duro Japón-Nigeria (los nipones, candidatos ocultos, son el único team con puntaje perfecto) (N. de la R. son 4 los equipos con puntaje perfecto), este cronista fue anoticiado del renacimiento de los equipos de la zona C: una demostración contundente del Uruguay de Scher, la victoria de Portugal y el primer triunfo de un Jaguar británico que encendió finalmente los motores, con gran actuación de Villagrán y un Busso que sorprendió a todos tirándose a los wines.