Milan 9 – Cerro Porteño 5
La fecha se abrió con un disputado cotejo en la cancha 1 entre un Cerro Porteño que necesita escalar posiciones y un Milan que busca salir de su irregularidad.
Cerro sorprendió con el chef Pensi en la portería. Los paraguayos salieron a jugarse el todo por el todo con su capitán Scher manejando los hilos atrás (luego de la tercera grapa, un distraído hincha de Cerro lo confundió con el actor Colm Meaney), la dinámica del Poggi bueno -marcó un verdadero golazo- y Sebastián “Fito Páez” Fourcade atropellando al gol al mejor estilo Tigre Gareca; luego reemplazado por el cordobés Pellegrini, que se cebó y se fue tan arriba que permaneció la mayor parte del match en los córners milaneses.
El Milan salió por su parte con la dupla “cri-cri” algo más retrasada que lo habitual, con el Pela Usandivaras lesionado (según las malas lenguas hubo “Café Veloz”) y “Ozil” Álvarez bajando para colaborar. El poderoso chiquitín Petronio organizaba la defensa y la salida rápida, y un aplicado Dieguito Ojeda se sacrificó en la labor de corte. Afortunadamente para los milaneses, la señora de Russano permitió que su esposo entrara a dar solidez a la defensa antes de una mini-vacación familiar, y “Cachi” Grassi retornó a las canchas luciendo nueva turbina: parecía Roberto Carlos –el del millón de amigos, porque terminó sus proyecciones bajando un par de gorriones de los árboles linderos.
Más allá de algún sobresalto momentáneo, lo cierto es que el Milan logró imponer su mayor volumen de juego y mantenerse arriba del marcador durante todo el cotejo. Fue un match jugado con mucho nervio, alguna tarjeta, unas pocas jugadas de calidad, un par de situaciones discutidas (las redes de los arcos de la cancha 1 están en la línea), goleros que alternaron grandes atajadas con cagadones dignos del mejor “Indio” Vega y tantos de todos los colores.
Los milaneses consiguieron doblegar la abnegada resistencia guaraní y sellaron el 9-5 final: triunfo tal vez deslucido, pero fundamental para seguir abrigando esperanzas de clasificación.
La figura del encuentro fue un “Pocho” Petronio que volvió renovado de su fiesta en el yate: corrió, marcó, hizo jugar y clavó cinco pepas.
La jornada se cerró con un nuevo triunfo de la imparable Roma –se escuchó en la tribuna que hay ya denuncias en ANSES porque sacan antes de tiempo al “mágico” JP Pesado del sarcófago y se fatiga–, una turba de madridistas felices que al fin lograron que su estrella “Peluca” Arnaiz llegue a jugar un primer tiempo, un Nápoli que sigue disfrutando del segundo semestre y un emotivo empate Mónaco-Valencia en el que el “Pipa” Busso desplegó todo su variado catálogo de “casi-gol”.
Por El Asesor Pirincho