Para España queda el consuelo de haber hecho un gran torneo, que hasta pudo haber sido mejor de no haber sido por el mal de las ausencias. Para Arabia el desafío de una durísima semifinal contra Alemania. Mientras llegaban las noticias de los triunfos de Uruguay, Japón, Suiza y Portugal en la Suruga, este cronista se topó con la triste realidad de que en la parrilla no quedaba ni pan seco. La noche se cerraba y los festejos saudíes debieron replegarse hacia La Continental. Quedan dispuestas en el fixture las semifinales del PFE: Croacia, Alemania, Nigeria y Arabia van por la gloria.
La desilusión de las toperolas (Por Manchada con Tinta)
Argentina y Japón disputaron ayer una de las llaves de cuartos de final de la M. Cup (¿Maradona, Messi, Muro o Milk?) luego de algunas postergaciones de días y confusiones horarias. La expectativa estaba puesta en la vuelta de un grande. Se esperaba que nuestro queridísimo Richard Muro ilustrara nuevamente el célebre álbum de figuritas del PFE con su famosa imagen de “Richard en toperolas” (Trending Topic en twitter #accidentesdetransitorichardentoperolassuletradodeconfianza e Instagram #unafotoconelcrack). En la previa se disputaba el match entre las selecciones de Croacia y Bélgica. Los croatas se llevaron el triunfo en un partido reñido y dejaron la arena caliente por varios encontronazos y demás fricciones típicas de estos encuentros eliminatorios.
A las 21.15 los jugadores saltaron al terreno de juego. Argentina con cinco jugadores justitos y Japón con siete integrantes (faltó únicamente el comitente y conferencista Blanc, reemplazante de Tinelli Pereira en las altas esferas de la política del PFE). Los albicelestes venían diezmados por haber perdido dos grandes estrellas en la derrota contra España (Alexis, primera azul en el torneo) y Marcelito Romero quien no pudo contener su ira cuando un gallego le escupió el asado.
El partido fue malo.
Argentina se defendió y le dejó la tarea a Dani Redrado de meter una contra y sorprender a Mozzarella Morasutti. Entonces los ponjas, faltos de creatividad, aburrieron a toda la concurrencia. Mire como habrá sido de aburrido que ni Marcelito Tellone soltó ni una sola de sus carcajadas barriales (según un experto que pudo aportar datos a este corresponsal, su risa tiene un alcance de 10 km 2, en condiciones climáticas normales).
Monótono.
Todo se destrabó en una jugada de dudoso fair play. Tiro libre para los nipones. Los argentos dejan distancia y permiten una jugada rápida que termina en la red. 1-0.
Mal jugado.
En ese letal aburrimiento y ya en el segundo tiempo sobrevino el segundo gol argentino.
Pésimo encuentro.
Casi sobre el final en una corrida cambiaria de Redrado la Argentina pudo descontar y ponerse a tiro. Es más, a partir de ese momento le diría que el partido pasó de ser muy aburrido a bastante aburrido porque parecía que el empate estaba al caer.
Feo.
Así terminó sin que nada más sucediera.
Resultado final Japón 2 – Argentina 1.
Los pocos asistentes del encuentro presentaron una nota de queja ante la Comisión. Indicaron dos motivos: El dolor de ojos que les causó el encuentro y especialmente la ausencia de la mística de Richard y sus toperolas.
En una tiránica reacción la Comisión retiró todas las bondiolas de la parrilla.
Una jornada para olvidar.
Pd. Dicen que dicen que Amenabar atajó dos penales y convirtió el suyo para que Alemania llegara a la semifinal: ¿Será el momento de los carteles electrónicos?